Aún faltaban varios días para el evento y su mente ya estaba dando vueltas de la inquietud. Ella vio que algunas personas con las que había tenido unos altercados poco agradables en el pasado estaban en la lista de invitados. La inseguridad asomó su fea cabeza y exclamó en sus oídos.
«Eres inferior. No estás a la altura. Veo que has subido de peso».
Ella se hunde un poco.
«Estoy a la moda, mi ropa está hecha a medida, mi cabello y maquillaje son perfectos, mi familia es de renombre. YO SOY ALGUIEN», continúa la voz.
Ella se hunde un poco más.
«¿Qué es lo que tengo, Señor?», pregunta desde las profundidades.
Algunas palabras llenan el vacío en el que se hundió. «Tienes amor».
Ella sonríe. Oh, ¡y eso lo tiene a montones!
Ese amor la saca del foso.
Llegó el día. Su devocional hablaba acerca de 1 Corintios 13. Todo se trata de TENER amor. Y Él ES amor.
¡Su corazón está tan repleto hasta al punto de estallar! Se vistió cuidadosamente de amor, se maquilló y se peinó con ese amor que rebosaba dentro de ella.
«Te ves linda», dijo la adolescente.
«Es porque soy amada», sonrió.
En el evento ella irradiaba y rebosaba ese amor. ¡No podía evitarlo! Algunos de los sentados en su mesa también estaban vestidos de amor. Dos personas tomaron de su mano mientras se iba.
«Quiero visitar tu iglesia» dijeron ambos. Ella espera que así sea. Sabe que encontrarán lo que en todo momento silencia la inseguridad y vence lo último en moda. ¡Ella ora para que conozcan ese amor y lo tengan a montones!
1 Corintios 13: 1-8
Traducido por Renzo Farfán